Ser como niños...
Los niños son siempre felices, vislumbran un futuro lleno de esperanzas, sus ilusiones van por delante, abriendo camino, lanzándose tras sus ideales con insistencia y terquedad, sin miedos o temores.
Los niños se levantan cada mañana con ganas de luchar y difundir alegrías. Son abono para la mejora del mundo.
Ellos viven para los pequeños logros. Comienzan y recomienzan siempre, retomando cada día lo necesario para alcanzar sus metas, con esa tozudez que no deja de intentar una y otra vez hasta lograrlo.
Hace falta voltear hacia los niños y descubrir sus miradas llenas de luz, con todo un programa de vida y una agenda llena de proyectos.